Los delfines giradores son una de las especies más frecuentemente observadas en el Mar Rojo, donde a veces atraen la atención de las embarcaciones de sport acuático que desarrollan sus actividades en los centros turísticos de buceo más conocidos de la costa de Egipto. Uno de tales centros es el de Marsa Alam, donde en la década de los años 90 los operadores de buceo comenzaron por primera vez a observar la presencia previsible de una grupo de delfines giradores que frecuentaba el arrecife de Samadai, a unos 6 km de la costa del centro turístico continental. Las investigaciones posteriores revelaron que estos delfines se ajustaban a los mismos patrones que los de los delfines giradores estudiados en Hawaii: desplazándose fuera de la costa durante la noche para alimentarse de las presas que suben hacia la superficie con una migración vertical diaria, y volviendo al amparo de la protección de las bahías o los arrecifes durante el día donde pueden descansar y recuperarse con poco temor de la depredación1-4. La población de delfines que se refugian en el arrecife diariamente se ha estimado en unos 200 ejemplares estables5,6 Los estudios de fotoidentificación indican poco intercambio con las vecinas áreas de arrecifes, y los delfines muestran una clara preferencia por aguas poco profundas y protegidas en la parte norte de la laguna, conocida localmente como "casa de los delfines"7.
Hasta finales del decenio de 1990 los delfines eran considerados solo como una atracción extra para los buceadores de bombona y de esnórquel que se desplazan a este sitio desde Marsa Alam. No obstante,, entre 1999 y 2003, comenzó a propagarse la voz y una combinación de diversos factores contribuyó a aumentar drásticamente el número de buceadores con esnórquel que vienen a interactuar con delfines giradores en el Arrecife de Samadai7. El turismo entró en auge en Marsa Alam, reduciendo su característica de centro dedicado especialmente al buceo con bombona y aumentando la de centro general marino de deportes acuáticos/ y buceo con esnórquel. Los buceadores podían acercarse a los delfines en aguas relativamente protegidas y poco profundas y, realizar experiencias de "nado con delfines" accesibles incluso para personas con poca experiencia de nado y ninguna de buceo. Al mismo tiempo, fue expandiéndose la voz a lo largo de la costa y, a medida que los operadores turísticos especializados del Mar Rojo se percataron cada vez más de la presencia previsible de delfines en un lugar pintoresco, comenzaron a llegar barcos cargados de cientos de turistas de los vecinos centros turísticos, incluso de lugares del norte tan lejanos como Hurghada7.
Para el verano de 2003, se transportaban cada día hasta 500-800 turistas a practicar el nado con delfines en la laguna de descanso de Samadai. Su contacto con los delfines no estaba reglamentado en absoluto, y muchos observadores se mostraron preocupados por el bienestar y la seguridad de los delfines, de los turistas, y de la sostenibilidad de la industria de observación de delfines7. En 2003 las autoridades gubernamentales adoptaron la firme decisión de imponer la suspensión completa de todas las visitas al arrecife de Samadai y emprendieron un proceso de consulta para crear un sistema de gestión que protegiera a los delfines, pero permitiendo al mismo tiempo un cierto nivel de actividades turísticas en el arrecife, donde se mantienen algunos sitios populares de buceo con bombona y con esnórquel, así como delfines que vienen a descansar.
En 2003, los investigadores propusieron un plan de gestión de aspectos múltiples7, que fue aceptado por el Gobierno para su aplicación a partir de 20043. Este plan de gestión se basaba en una combinación de estrategias, tales como la zonificación, la aplicación de vedas espacio-temporales, un sistema de permisos, directrices de acercamiento y la limitación del número máximo de turistas autorizados a visitar el arrecife cada día:
Este plan de gestión originalmente fue coordinado por una rama de la Organismo encargado de los asuntos ambientales de Egipto. No obstante, desde 2013 la emisión de billetes, la imposición de la observancia y las actividades en el mar se han llevado a cabo bajo la responsabilidad de la ONG Hurghada Environmental Protection and Conservation Association (HEPCA). Esta ONG ha establecido también un código de conducta, posteriormente formalizado en un decreto aplicado en la Gobernación del Mar Rojo, para las interacciones de embarcaciones y nadadores con delfines silvestres. Quien no respeta este código puede incurrir en una multa de 10.000 libras egipcias (aprox. 560 USD). El código de conducta para los nadadores comprende cuanto sigue:
El enfoque de gestión adoptado por las autoridades en el caso del arrecife de Samadai representa uno de los mejores ejemplos de acercamiento con precaución para la observación de ballenas. En 2004, se disponía de muy poca información precisa acerca de la población de delfines o la naturaleza exacta de los efectos producidos por el turismo de natación en su bienestar. No obstante, las autoridades utilizaron el sentido común para establecer que el gran número de turistas y el contacto no reglamentado con los delfines podían causarles daños. Se aplicó un enfoque de gestión prudente, utilizando casi todos los instrumentos normativos disponibles3, y 13 años más tarde, se ha demostrando que este enfoque ofrece muchas ventajas:
Si bien los resultados satisfactorios de este enfoque merecerían ser celebrados, los investigadores y gestores instan a la precaución y recomiendan que:
Puede obtenerse mayor información acerca de la observación de delfines en el arrecife de Samadai consultando el enlace siguiente:
Asociación encargada de la protección y la conservación del medio ambiente de Hurghada (HEPCA):
http://www.hepca.org/research/projects/protect-red-sea-dolphins
Panorama: http://panorama.solutions/en/s...