Los delfines del Irrawaddy, si bien no son conocidos por ser particularmente acrobáticos o espectaculares, su historia de estrecha relación con los barcos pesqueros hace que sean accesibles para la observación de delfines en algunas áreas del Asia sudoriental, donde se les considera el principal objetivo del turismo marino. Su preferencia por hábitats cercanos a la costa relacionados con la afluencia de agua dulce contribuye a mantenerlos residentes en áreas geográficas bastante restringidas, lo que a su vez facilita su localización en mayor medida que la de algunas especies que viven en hábitats más amplios. Pero esta restricción del hábitat los expone también a un gran riesgo de amenazas de origen humano, como el enredamiento en las artes de pesca, los cambios del hábitat debidos a la construcción en zonas costeras, la contaminación y las perturbaciones causadas por el tráfico de naves1.
El hábitat de los delfines del Irrawaddy se superpone con el de las marsopas sin aletas, los delfines jorobados y los delfines mulares. Aunque son de tamaño parecido al de las marsopas sin aletas y tienen también la cabeza redondeada sin hocico, la presencia de la aleta dorsal permite distinguir a los delfines del Irrawaddy. Los delfines del Irrawaddy son de tamaño mucho menor que los delfines jorobados o los delfines mulares, y no tienen el hocico pronunciado como estas dos especies.
Los delfines del Irrawaddy están distribuidos por zonas en áreas de agua dulce y áreas de aguas costeras del Asia sudoriental. Las tres principales poblaciones de agua dulce habitan en los ríos Ayeyarwady, Mekong, y Mahakam1. Las poblaciones costeras viven en aguas saladas o salobres, relacionadas en general con áreas de afluencia de agua dulce, como los deltas de ríos, los canales de manglares, y los estuarios. La especie similar, el delfín de Heinsohn (Orcaella heinsohni) solo se encuentra en aguas situadas frente a la costa septentrional de Australia y en torno a Papua Nueva Guinea2,3.
Nativa de los siguientes países: Bangladesh; Brunei Darusssalam; Camboya; Filipinas; India; Indonesia; Malasia; Myanmar; República Democrática Popular Lao; Singapur; Tailandia; Viet Nam.
Los delfines de Heinsohn son nativos de: Australia; y posiblemente Indonesia y Papua Nueva Guinea.
Los delfines del Irrawaddy se alimentan de una gran variedad de peces, dependiendo del hábitat en que viven. Se sabe que practican la alimentación en el fondo de las aguas y emergen a veces con fango sobre sus cabezas o el dorso. Pueden también escupir agua mientras se alimentan, al parecer para facilitar la captura de peces. Se sabe también que, en muchas partes de su área de distribución, se alimentan manteniéndose en estrecha proximidad de los pescadores que están colocando o recuperando sus redes y, en algunos lugares, tales como el río Aeyerwaddy (Myanmar), y en Kuching (Sarawak), se les conoce por aceptar descartes de peces que desechan los pescadores cuando levantan las redes4,5. Asimismo, parece que los delfines del Irrawaddy siguen los movimientos de las mareas, desplazándose hacia la orilla y las desembocaduras de los ríos con las mareas altas, y alejándose de la costa con las mareas bajas6-10, probablemente siguiendo los desplazamientos de los peces que comen.
Poco se sabe acerca de la historia de vida de los delfines del Irrawaddy. Suelen aparecer en pequeños grupos de 2-6 ejemplares11, pero se han documentado casos de grandes agregaciones en Sarawak4 y Tailandia12. Se cree que estas grandes agregaciones están asociadas con el apareamiento. Se considera que la gestación dura 14 meses, y los nacimientos alcanzan sus niveles máximos en la temporada previa a los monzones, de abril a junio, pero pueden tener lugar durante todo el año11.
Se considera que los principales depredadores naturales de los delfines del Irrawaddy son los tiburones13, pero mucho más preocupantes son las numerosas amenazas de origen humano con las que se enfrentan. Como con todas las ballenas y delfines, el enredamiento accidental en las artes de pesca, conocido como captura incidental, es la principal fuente de mortalidad causada por el hombre a los delfines del Irrawaddy. Ello es particularmente cierto en las zonas costeras, donde las redes de enmalle de malla grande constituyen las artes de pesca utilizadas de forma predominante, ya que después de haberlas colocado se dejan desatendidas durante largos períodos de tiempo, enredando a los delfines mientras viajan o cazan peces en las redes5,11,14,15. Los cursos fluviales industriales y agrícolas en zonas de alta densidad humana se relacionan también con elevadas concentraciones de contaminantes en las áreas costeras donde se encuentran los delfines del Irrawaddy, y en un reciente estudio de seis poblaciones de delfines del Irrawaddy se han documentado numerosos casos de anomalías de la piel, que se cree pueden deberse a la mala calidad del agua16.
No se dispone de una estimación de los delfines del Irrawaddy en toda su área de distribución, y solo pocas poblaciones se han estudiado con suficiente rigor para poder generar estimaciones de población. Pero donde se han estudiado, el número de ejemplares es generalmente bajo (del orden de las decenas a las centenas). En un reciente examen de los estudios y la literatura disponibles, realizado por la UICN, se concluye que las amenazas a que se enfrentan las poblaciones fragmentadas en toda el área de distribución de la especie requieren una nueva clasificación de "en peligro" en la Lista Roja de la UICN17 y la especie figura también en el Apéndice 1 de la CMS. Tres subpoblaciones ribereñas de delfines del Irrawaddy de los ríos Mekong, Ayeyarwady, y Mahakam), uno en la Laguna de Songkhla en Tailandia, y otro en el estrecho de Malampaya, en Filipinas, están clasificadas como "en peligro crítico" (CR) en la Lista Roja de la UICN.
Los delfines del Irrawaddy no son en general acrobáticos o espectaculares, pero es posible acercarse a ellos en barco, quizás por la larga asociación con los barcos de pesca en muchas partes de su área de distribución, o quizás simplemente porque los lugares de alimentación son tan escasos que no pueden permitirse el lujo de abandonarlos aun cuando se sientan perturbados por el acercamiento de las embarcaciones. Como tales, constituyen la principal atracción de turismo marino en áreas como Kuching (Sarawak), el río Mekong (Camboya)18,19 y la Laguna de Chilika (India), donde la presión que deriva de la observación de delfines, combinada con otras amenazas, pueden determinar graves efectos perjudiciales en su población20,21. Aquí, como en cualquier otra parte, es sumamente importante que la observación de ballenas no contribuya a incrementar las amenazas, sino que favorezca la conservación mediante la adhesión a las directrices de observación responsable de delfines.