Un tema que se ha planteado repetidamente en otros estudios de casos presentados en este sitio web es la necesidad de establecer reglamentos eficaces impuestos por ley para administrar las actividades de observación de ballenas. En el cuadro de directrices y reglamentos que se presenta en este sitio web se proporcionan múltiples ejemplos de reglamentos aplicados por diferentes países u organismos de reglamentación locales. Estos reglamentos son a menudo el producto de múltiples fases de planificación y debate entre las autoridades competentes y otras partes interesadas, tales como científicos, ONG, comunidades locales y operadores o asociaciones comerciales de observación de ballenas. No obstante, es también importante considerar las funciones que desempeñan los organismos encargados de la observancia en aplicar los reglamentos y asegurar que sean eficaces tanto en la práctica como sobre el papel. Si bien en la sección de este sitio web dedicado a la vigilancia y medidas de observancia se resumen algunos de los métodos que pueden utilizarse para asegurar el cumplimiento de los reglamentos, en este estudio de caso se ponen de relieve los aspectos prácticos de las actividades de observancia, con el objetivo de ayudar a los administradores a elaborar reglamentos que sean realmente prácticos y factibles de aplicar.
Este estudio de caso se basa en entrevistas con dos funcionarios encargados de la observancia que han llevado a cabo actividades de aplicación de disposiciones para la observación de ballenas en dos regiones completamente diferentes: Hawai y Australia. No obstante la diferencia de contextos, presentan sorprendentemente historias y lecciones similares que compartir. Como funcionarios encargados de la observancia han participado en tres categorías principales de tales actividades de observancia:
A continuación, compartimos algunos ejemplos y consejos obtenidos de la actividad sobre el terreno, junto con algunas enseñanzas aprendidas y recomendaciones formuladas para quienes se ocupan de la gestión de la observación de ballenas y de la vigilancia y la observancia de los reglamentos.
En múltiples ocasiones, de enero a febrero de 2009, la Oficina de Aplicación de la Ley (OLE por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) recibió varias quejas relacionadas con una embarcación comercial de observación de ballenas que operaba desde el puerto de Lahaina en Maui. El capitán del barco se acercaba a menudo agresivamente a las ballenas jorobadas a distancias inferiores a las 100 yardas, que es la distancia mínima de acercamiento estipulada en el reglamento que se indica a continuación: https://hawaiihumpbackwhale.noaa.gov/management/legislation.html#hihwnms
Pese a las repetidas advertencias de otros testigos, algunos de los cuales eran otros operadores turísticos comerciales de observación de ballenas, esta persona continuó con este comportamiento. Estas violaciones se llevaron a cabo supuestamente frente a la costa occidental de Maui en el Santuario de ballenas jorobadas de la isla hawaiana (HIHWS por sus siglas en inglés). Varios testigos en diferentes ocasiones, presentaron voluntariamente declaraciones de los incidentes de acercamiento ilegal de este capitán. Estos testigos eran operadores de naves de observación comercial de ballenas con pasajeros a bordo durante estas observaciones. Algunos de estos testigos proporcionaron pruebas que contenían fotografías y vídeos. El capitán de la embarcación sospechosa fue entrevistado precedentemente en 2008 por agentes especiales de la OLE de la NOAA y reconoció que era muy consciente de la norma de acercamiento de 100 yardas a ballenas jorobadas en el Santuario.
El problema en este caso era la dificultad en probar este comportamiento ilegal, ya que esta persona tuvo mucho cuidado de no violar los reglamentos de acercamiento cuando las naves patrulleras marcadas el distintivo se encontraban en el área en cuestión. Las pruebas obtenidas de los denunciantes, tales como fotos, vídeos y declaraciones de testigos, no se consideraron lo suficientemente sólidas para lograr un enjuiciamiento de seguro éxito.
Para abordar este desafío, la OLE de la NOAA inició una operación especial de vigilancia de incógnito. En esta operación, los agentes de incógnito pudieron comprar billetes de pasajeros en el barco sospechoso durante las excursiones comerciales de observación de ballenas en la costa occidental de Maui en el área del HIHWS. Durante estas excursiones de observación de ballenas, los agentes especiales pudieron obtener pruebas de graves violaciones acercándose a las ballenas jorobadas a distancias inferiores a las 100 yardas en el área del HIHWS.
Una vez concluida la investigación, el expediente de este caso se envió a la Oficina de la Sección de Observancia del Consejo General (GCES por sus siglas en inglés) de la NOAA. La GCES emitió una Notificación de violación y evaluación por múltiples cargos por un total de 50.000,00 USD contra el capitán y el propietario de la embarcación. El caso finalmente se dirimió en un tribunal federal de Maui, donde el propietario y el operador aceptaron pagar una multa civil de 30.000 USD.
(tomado de un artículo de un periódico con el apoyo de los agentes encargados de la observancia involucrados en el caso).
En agosto de 2004, se observó a un motorista de agua que corría a gran velocidad en torno a una ballena jorobada durante 15 minutos, acercándose a menos de 70 metros de la ballena en varias ocasiones. Este comportamiento tuvo lugar en Cape Byron y claramente infringió la norma de acercamiento de 300 m que estaba en vigor según los reglamentos del Servicio de Parques Nacionales y Fauna Silvestre (NPWS por sus siglas en inglés). El incidente fue presenciado por un voluntario de la Reserva de Cape Byron Headland y unos 30 turistas que observaban ballenas desde el faro. El voluntario alertó a los guardianes de Cap Byron, y se le pidió a un voluntario de guardia costera que detuviera la moto de agua y al conductor, que fueron conducidos luego a la rampa para botes más cercana al regresar a la costa. Aunque el conductor no admitió inicialmente haber acosado a la ballena, admitió haber estado en la zona con su moto de agua, y las observaciones de los testigos y los datos de la guardia costera fueron suficientes para demostrar que la suya era la única moto de agua que operaba en la zona en ese momento, y que sus acciones violaron claramente los reglamentos.
El delincuente fue llevado a la corte, donde una declaración escrita de un experto en ballenas jorobadas de renombre mundial apoyó la acusación con información sobre los efectos perjudiciales de un comportamiento tan imprudente produce en las ballenas jorobadas en general, en particular la alteración del comportamiento normal y la provocación de niveles elevados de estrés. El experto pudo interpretar también el comportamiento observado de la ballena que estaba siendo acosada en círculo, para demostrar que era indicativo de una respuesta de estrés y de sus intentos de huir de la perturbación. Esta opinión del experto, junto con las firmes declaraciones de los testigos aseguraron que el caso judicial terminara con un enjuiciamiento de éxito satisfactorio y una multa de 500 dólares australianos. El caso judicial fue muy publicitado y utilizado como advertencia a otros usuarios marinos de la zona.
Consejos: Cualquiera que realice actividades de vigilancia debe estar equipado con los instrumentos que le permitan documentar las infracciones que se observen. En el caso de operaciones realizadas de incógnito, debe tenerse en cuenta la magnitud y la visibilidad de los instrumentos que se utilizan. Entre ellos cabe incluir los siguientes:
Los casos históricos registrados sobre el terreno en Hawai y Australia ilustran algunos elementos que pueden ser aplicables a la observancia de los reglamentos de observación de ballenas en todo el mundo.